Olvidada pureza, cómo quisiera rescatar
ese dolor de Buenos Aires,
esa espera sin pausas ni esperanza.
Solo en mi casa abierta sobre el puerto
otra vez empezar a quererte,
otra vez encontrarte en el café de la mañana
sin que tanta cosa irrenunciable hubiera sucedido.
Y no tener que acordarme de este olvido que sube
para nada, para borrar del pizarrón tus muñequitos
y no dejarme más que una ventana sin estrellas.
After Such Pleasures - Julio Cortázar
Puta madre.
Cortázar me mató otra vez.